
En este consejo: Jñana Dakini te da consejos para que prepares tus clases de yoga. La ética y puntos a cuidar y respetar en tu enseñanza.
Por Jñana Dakini
Fotografía: Fabien Lefebvre
Reconoce primero que cuando impartes clases estás relacionándote con seres humanos y tu responsabilidad es muy grande: ¿cómo vas a transmitir lo que conoces y has experimentado?, ¿de qué manera vas a relacionarte con tus alumnos?,¿qué esperas tu de ellos y ellos de ti?.
Antes de comenzar a dar clase, reflexiona si tienes algo claro que compartir, si hay honestidad y amor hacia el yoga, si en tí ha surgido la llama de la práctica contínua, de la reflexión y el estudio.
Prepara tus clases. Ten en tu mente o incluso en papel, si es necesario, la estructura básica de tu clase, pero se receptivo y abierto si en el último momento te das cuenta que la clase preparada no es la adecuada y tienes que hacer cambios en el momento. Cada grupo es diferente y seguramente para cada uno tendrás que preparar una clase diferente.
Observa mientras enseñas. Durante tus explicaciones o demostraciones observa las reacciones de tus alumnos: si están concentrados, si están comprendiendo, se aburren o se tensan. Observa tanto al grupo en general como a cada alumno individualmente.
Ayuda a tus alumnos. No te desesperes si no entienden o no hacen exactamente lo que estás indicando, no es fácil la comunicación a través de la claridad del lenguaje o la claridad de demostrar la postura, si notas que alguien no está captando acércate amablemente y ayuda, se paciente, muy paciente, cada alumno tiene un proceso personal de comprender su cuerpo, mente y emociones.
Usa tus manos en ajustes sólo si sabes y te sientes cómodo.
Muchas veces podemos lastimar a un alumno por hacer un ajuste inadecuado, si ajustas házlo con amabilidad, pacientemente y no tomes por sorpresa al alumno. Nota si hay incomodidad en el alumno cuando lo tocas, de tal manera que no se sienta invadido. Recuerda que en el cuerpo hay partes muy vulnerables:
Sacro, pubis, coxis, hombros, pecho. Sólo ajusta con las manos si el alumno no ha entendido la explicación, o la ha comprendido pero no puede.
Que tu lenguaje sea amable y honesto.
Está comprobado que las palabras que escuchamos cambian el tono energético de todo el cuerpo, no es lo mismo que nos digan ¡eres un idiota! A escuchar una frase amable y alentadora. Puedes ser firme pero que no nos gane la dureza. Habla con claridad, saboreando las palabras y constantemente busca las palabras y frases que comuniquen mejor tu enseñanza. No te vuelvas una repetición de las instrucciones del libro, aunque ésto en un principio puede ser una ayuda, a la larga se puede convertir en una repetición de fórmulas habituales que el alumno ya no escucha.
Recuerda que eres un maestro no un Gurú. La mayoría de las veces no nos damos cuenta de lo que estamos proyectando en nuestros alumnos y lo que ellos proyectan en nosotros. En una clase tanto Maestro como alumnos somos vulnerables y salen nuestra armaduras y defensas. En el caso del maestro puede surgir cierta sensación de empoderamiento, pero recuerda que los alumnos no son tuyos, sólo se pertenecen a sí mismos. Evita la manipulación, y trata mas que nada de ser alguien que acompaña al alumno en su propio camino de autodescubrimiento.
Respeta a todos los Maestros
Piensa que todos tus alumnos han tenido o tendrán otros Maestros, de la misma manera que tú. Respeta lo que el alumno ha aprendido de otro linaje, quizá no es parecido a lo que tu enseñas pero no por ello deja de ser válido. No hagas que al alumno se confunda con los enseñanzas que ha recibido por parte de otros Maestros, recuerda que Yoga es solo uno.
Solo enseña a partir de tu propia experiencia.
Consejos: Jñana Dakini, directora y fundadora de Yoga Espacio, agradecemos su amable participación y tiempo.
Fotografía, encuadre y Diseño Gráfico: Julio Cruz