
En esta entrevista: Twiggy Romero, entrevista, yoga en México, historia, anécdotas, inicios en el yoga. Twiggy Romero, su primera clase de yoga.
Por Julio Cruz y Fabien Lefebvre
Fotografía principal: Fabien Lefebvre
Estuvimos con Twiggy Romero, quien amablemente nos recibió en su espacio en Coyoacán y nos comparte en esta entrevista en exclusiva.
¿Quién es Twiggy Romero?
Soy de Guadalajara, soy bailarina, soy yoguini y soy una mamá. Creo que son las cosas que más me definen. Desde muy pequeña comencé a bailar y a tener esta disciplina del cuerpo, de transmitir ideas y sensaciones por la vía del cuerpo. Así que este (el cuerpo) ha sido mi instrumento de comunicación, y esta es una nota que me distingue.
Vamos a descubrirte un secreto, tu nombre real no es Twiggy, ¿por qué Twiggy?
Yo soy Edith Romero, Edith se llama mi mamá. Me bautizaron al día siguiente de que nací, si se hubieran esperado otro días en bautizarme, seguro me ponen Twiggy, porque desde que nací fui súper flaquita y en esa época estaba muy de moda la modelo Twiggy que impuso la moda de las flacas. Así es que desde que me vieron mis papás y mis hermanos mayores,me dijeron “twiggy”.
Si me preguntas cómo me llamo yo siempre digo Twiggy, pero en mis papeles oficiales soy Edith Romero porque así me bautizaron; si me dices Edith lo tengo completamente asumido; pero me siento más Twiggy que Edith.
¿El yoga te encontró o tu encontraste al yoga?
Esos encuentros o esas relaciones son suma de muchas cosas, búsquedas, necesidades, preparación…Asi que yo llegué y ella ahí estaba, esperándome…
encontré la meditación desde muy temprana edad porque estudie en una escuela de monjas, Me gustaba la religión y la espiritualidad.
Disfrutaba mucho la calma, el silencio interno, permanecer largo tiempo en capillas o iglesias.
Después empecé a meditar con Gurumayi Chidvilasananda. Seguí sus enseñanza por 6 años, tomé mi primera clase de yoga, una cosa me llevó a la otra, pero yo ya tenía esta necesidad, de guardar silencio, en situaciones difíciles de aislarme y meditar, estar conmigo misma. Y finalmente eso es el yoga. Además siempre tuve la disciplina de la danza, desde los 7 años, así que las dos cosas hicieron clic. Es un encuentro, entre dos cosas que uno estaba buscando y trabajando una cosa hace eco a la otra. Asi fue mi camino hacia el yoga o el camino del yoga hacia mi.
¿Dónde fue que tomaste tu primera clase de yoga?
En Nueva York, fui a bailar profesionalmente y estuve becada por la Universidad de Guadalajara, Estando en Nueva York busqué una escuela, que sabía que era muy buena, e hice una audición; me aceptaron, y dentro del horario de las clases venía tempranito una clase de yoga. Recuerdo muy bien ese día, eran las 8 de la mañana, era un lunes, a media clase me dije «quiero hacer esto toda mi vida». Ahí ya estaba completamente rendida a los pies del yoga y desde ese momento, hace como 17 años, practico yoga.
¿Qué es lo que te hizo clic en esa clase?
Esta búsqueda interior por la vía del cuerpo, de ir hacia uno mismo. Las posturas y el mismo trabajo físico me revelaban muchas cosas de mi. En la danza es muy parecido, sólo que la danza tiene otras herramientas, que a veces confunden, es un trabajo del ego muy grande. Así que buscar el equilibrio para mi ha sido todo un camino.
Estando en Nueva York seguí tomando muchas clases de yoga mientras seguía con la danza y hacia audiciones. Me concentré en el trabajo del yoga y en prepararme para, regresando a México, empezar a dar clases de yoga, porque sabía que en México no había nada. Nunca había tomado una clase de yoga en Mexico y no conocía a nadie que practicara yoga aquí en Mexico. Entonces se me hacía un perfecto complemento para los bailarines. El objetivo inicial al traerlo a México era enseñarlo en México como bailarines.
¿Recuerdas la primera clase de yoga que impartiste?
¡Uy si!, en los talleres, con unos nervios atroces. Estaba Oscar Velázquez tomando la clase en ese momento y me dijo «oye muy bien, nada más te recomiendo que cuentes las respiraciones» y me dio 2 ó 3 observaciones.
¿Cuál es era tu percepción?, ¿crees que en ese momento había la misma disposición de la gente por practicar yoga que ahora?
Mira si, era diferente, cuando nosotros empezamos a dar clases no conocíamos los nombres de las posturas, no teníamos un solo prop, de hecho nunca había usado props, incluso en NY nunca nos enseñaron el su uso, ni bloques, ni sillas ni cinturones nada aparte del tapete de yoga.
Yo abrí un grupo en la noche donde había al al primer día llegaron 6 personas, para la segunda semana ya tenía 23 personas y al final del mes tenia 30 alumnos, el grupo se hizo muy rápidamente y de ahí no he parado. Pero es que en ese momento no había nadie que diera clases de yoga, era un terreno muy fértil.
¿Cuál es era tu percepción, ¿crees que en ese momento había la misma disposición de la gente por practicar yoga que ahora?
Mira si, era diferente, cuando nosotros empezamos a dar clases no conocíamos los nombres de las posturas, no teníamos un solo prop, de hecho nunca había usado props, incluso en NY nunca nos enseñaron el su uso, ni bloques, ni sillas ni cinturones; nada aparte del tapete de yoga.
Teníamos las instrucciones pero no sabíamos el nombre de cada postura. Había mucha ignorancia del tema, la gente lo tomaba como un ejercicio, no como una filosofía. Pero fue un camino a recorrer; nosotros fuimos aprendiendo, y con nosotros nuestros alumnos que se quedaron encantadosa su vez fueron estudiando y a su vez esos alumnos después nos enseñaron y así ha sido un camino de descubrir, de alimentar y de profundizar la practica, pero sobre la marcha. Yo acepto que en primera clase de yoga no se cómo la di porque en ese momento todavía no estaba preparada. Lo que si es que en ya en ese momento si tenía una linda disposición y un trabajo con el cuerpo, de años, y eso me ayudó mucho porque el camino de la danza, me educó mucho el ojo a ver errores, a reconocer una correcta alineación, ayudarlos a cambiar su postura y a tener una correcta alineación. Todo lo relacionado con profundizar en la filosofía del yoga y el objetivo ha sido con el tiempo. Al principio la parte física era lo que yo tenía claro y lo demás ha sido un trabajo de día a día.
Agradecemos la amabilidad y el tiempo de: Twiggy Romero, pionera del Yoga en México, agradecemos su amable colaboración y tiempo. Twiggy imparte clases en el Centro Cultural Los Talleres de Coyoacán · Tel. (55) 56 58 72 88
Contacto: twiggyromero@aol.com Tel. (55) 56 58 72 88
Fotografía: Fabien Lefebvre
Encuadre y Diseño Gráfico: JC diseño Julio Cruz